HI COCODRILE.

Cairns 30 agosto 2012.

Esta noche, como fin de mi estancia en Cairns, he dado una vuelta por el mercado nocturno. Se celebra dentro de una galería comercial y los puestos de artesanos, se suceden uno al lado del otro. Sin ningún orden ni criterio, están mezclados los que venden souvenirs para turistas, sin mayor atractivo, con los  que ofrecen artesanía bastante interesante. 

Me llaman la atención, en uno de ellos, los brazaletes de piel de cocodrilo. Muchas de las tienditas repartidas por la ciudad de Cairns venden estas pulseras, pero este puesto en concreto, las tiene muy bonitas. Son sencillas, cortadas siguiendo el contorno de las escamas y las duras placas de la parte del cuello del reptil, con dos agujeros a cada lado de la pulsera, para poder abrocharla con un trozo de cuero, atado con un nudo. Hablando con el dueño del tinglado le pregunto, si exporta estas pulseras y brazaletes de piel de cocodrilo y me contesta afirmativamente. Le he comprado una para mí y pienso si os pueden gustar.

 

Otro puesto que veo curioso es uno que diseña colgantes tribales, tipo surfero. Es una empresa australiana. Trabaja con una aleación de metales terminada con un baño de plata como toque final. 

Sigo recorriendo los puestos y en uno de los pasillos del mercado, al fondo, encuentro un mostrador de madera bastante sencillo y enfrente, vitrinas con estantes llenos de ópalos cortados con distintas formas. Los colores que reflejan cada trocito de ópalo son fabulosos. 

El ópalo es un silicato que se ha formado hace millones de años. La sílice diluida en el agua dulce, procedente de ríos y torrentes, se va depositando en cavidades y grietas que encuentra a su paso. Al evaporarse el agua deja un sedimento, que fosilizado, da lugar al ópalo. Cada ópalo es diferente y único. Los colores que refleja el ópalo son consecuencia de la incidencia de la luz sobre los cristales de sílice,  pudiendo mostrar todos los colores del arco iris. A veces incluso, con un aspecto aceitoso. Según el águlo de observación, estos colores van variando en sus tonos. 

Hoy en día, Australia es el continente que posee más minas de ópalos y quien cubre la mayor parte de la demanda de este mercado. Por eso no es de extrañar que sea su gema nacional. 

Hay varios tipos de ópalos y por lo general, es una piedra delicada para trabajar, por eso, el corte idóneo es redondo o de cabujón, ideal para lucirlo en pendientes, broches y colgantes. Por el contrario, el ópalo de fuego sí permite ser facetado. 

Hablando con el dependiente de ópalos, me entero que es un negocio familiar. Por lo visto tienen una mina en propiedad. En este puesto lo que más abundaban eran los colgantes, con un corte sencillo, en cabujón, cada uno con un tamaño diferente y, con un agujero para poder meter un trozo de cuero y colgarlo al cuello. Muy interesante, la verdad. 

Termino un día fabuloso, donde he disfrutado con todo lo que he visto y hecho desde por la mañana. He madrugado porque tenía contratada una excursión a Daintree Rainforest, parque natural Patrimonio de la Humanidad (…no todo en Cairns es “barrera de coral”). El parque es una de las selvas tropicales más grandes de Australia. Como está a unos 100Km, me recogió un monovolumen en el hotel.

Después de hacer una parada en Port Douglas, continuamos el viaje, disfrutando del paisaje que entraba por la ventanilla del minibús. A medida que te ibas acercando a la montaña, te sorprendía todo ese verde de la selva tropical. Primero, encuentro con los cocodrilos en su hábitat natural, navegando por el río. No tuve mucha suerte, avistamos algún que otro ejemplar pero nada escandaloso. Luego, un pequeño paseo por la selva admirando los árboles centenarios, altamente erguidos en sus grandes troncos huecos y como final, otro paseo por una de las desiertas playas de Cabo Tribulación. Había bajado la marea y estaba preciosa, con el contraste del color azul del mar y el verde de la selva tropical que llegaba hasta la misma arena.

Me ha gustado mucho venir a Cairns. Una curiosidad que hay en esta pequeña ciudad turística es, la playa artifical que el Ayuntamiento ha construido en una gran esplanada frente al mar, muy cerca del puerto deportivo. Tiene agua salada y una pequeña zona de arena, donde la gente pone su toalla para poder disfrutar del día. La rodea una extensión de zona verde, donde también puedes tumbarte a tomar el sol o reunirte con tus amigos. Encuentras todos los servicios necesarios, duchas de agua dulce, socorrista, baños, alguna tienda de comestibles y barbacoas públicas. 

Con este remate final pongo rumbo a Sydney, la ciudad de mis sueños.

PD.: En el hotel donde me alojo hay una pequeña piscina en el lobby, lugar en el que nadan seis magníficas barracudas. Las trajeron en 1990 y hoy en día miden más de 90cm y pesan 15Kg.