MERCADO DE LA ARTESANÍA. THE ROCKS.

Sydney 1 septiembre 2012.

Hoy ha amanecido un día estupendo en Sydney. Soleado y sin calor sofocante. El hotel donde me alojo está frente al Puente de la Bahía y todos los fines de semana se celebra, en esta zona llamada The Rocks, un mercadillo de artesanía. Así que, me preparo para investigar y hablar con artistas locales. 

Hay bastante gente paseando y cotilleando por los puestos, como yo, pero se puede circular perfectamente. Como en todos los mercadillos hay puestos de souvenirs para turistas, nada interesantes, pero veo que, la gran mayoría son bastante innovadores.

El primer puesto en el que me paro a charlar, lo lleva una señora entrada en años, de aspecto juvenil y muy dicharachera. Se dedica a hacer cuentas de cristal con soplete. Ha ganado varios premios de artesanía en Sydney y, entre otras cosas, le encanta trabajar con vidrio. Veo que tiene un montón de cuentas diferentes. Las hay con flores encerradas en el vidrio, tupies con purpurina, millefiori y facetadas, cuentas de cristal con forma de botón y puntitos, ovaladas y un largo etc.

Le pregunto, que menudo taller tiene que tener para albergar toda esta muestra (porque yo ya me he tenido que trasladar a otro lugar más grande, al no caberme tantas cosas con las que trabajo, entre la fornituras de plata, los hilos de ágata, cuarzos, coral, perlas y demás piedras naturales que empleo, sin olvidar las bobinas de cuero de distintos colores, las cuentas de vidrio, madera…, ya no tenía espacio). Me contesta, esbozando una sonrisa, que su taller se limita a ser una cabaña y a estar ella cómoda trabajando en bikini… (No seguí preguntando más por esos derroteros).

Siempre he estado a punto de añadir algo de color a la colección incluyendo cuentas de vidrio y, tal vez sea este el momento. Aunque no es cristal de Murano, me gusta mucho su trabajo y quedamos en que me mandará su catálogo por e-mail.

El siguiente puesto a destacar lo llevan tres artistas de joyería. Aficionados a los relojes, utilizan la maquinaría de éstos y los convierten en colgantes, gemelos, clips de corbata, adornos para brazaletes. Tienen un toque de estilo Ghotic y Vintange. Trabajan con oro y plata. Os dejo unos dibujos para haceros una idea. Les quedan muy bonitos, la verdad y nada vistos.

Sigo recorriendo el Mercado y llego a otro artesano que trabaja el bambú y la madera, Lo interesante, es que con estos materiales hace relojes de pulsera y monturas para gafas.

Paso casi toda la mañana recorriendo el mercadillo. Luego, un paseíto para conocer la ciudad. Una vuelta por la Ópera y Puente de la Bahía, la zona de King Cross, el barrio de Paddington, que me gustó mucho y la playa de Bondi, que estaba llena de surferos montados en las olas. Y terminé en Darling Harbour, la zona del puerto y muelles. Una ciudad que bien merece la pena volver a visitarla (si es pronto, mejor). Sabía que me iba a gustar y me ha encantado de verdad. No me ha decepcionado.

Mañana tengo previsto salir a ver ballenas. Están migrando desde la Antártida en busca de  aguas más cálidas (Polinesia), para alimentarse y tener a sus crías. Por lo visto pasan muy cerca de la costa de Sydney. Es una excursión contratada y compartimos barco unas siete personas. Prefiero ir en un catamarán a motor, de unos 40 pies, en vez de los grandes barcos que proponen. Al ser más pequeña la embarcación garantizan el avistamiento y se acercan más a las yubartas. ¡Espero tener suerte!

PD.: En Darling Harbour me atreví a tomar un chocolate con churros, en la famosa chocolatería “San Churro” (¡muy fuerte el nombre!).