POR ALLÍ SOPLA.

Sydney 2 septiembre 2012.

Esta mañana hace un día fabuloso, despejado y caluroso. El muelle donde embarcamos para la excursión de avistamiento de ballenas, es en The Rocks, al lado de mi hotel. Como tengo unas horas libres antes de embarcar he decidido dar un paseo por el Royal Botanic Gardens, que se encuentra al otro lado del muelle, delante de la Ópera. Fue creado en 1816 como proyecto de granja, sin mucho éxito. Hoy en día tiene una extensión de 30 hectareas.

 

Es una zona fantástica para disfrutar de la naturaleza, relajarte o hacer deporte, tu elijes. Está permitido, es más, te ruegan mediante carteles que pises el césped. También puedes aprender sobre plantas y horticultura. Tiene áreas para picnics y barbacoas públicas. Unos estupendos senderos y rutas para realizar caminatas, admirando todas las hermosas y coloridas flores y observar además a los centenares de especies de pájaros. 

En la entrada al Jardín hay un trenecito turístico que recorre todo el parque. Como no tengo mucho tiempo para ir andando, opto por montar en él. Y ha sido muy buena decisión.

El Royal Botanic Gardens se compone de diferentes jardines según las plantas que contenga. Encuentras un jardín dedicado a plantas de todo el mundo, otro de plantas poco comunes y amenazadas. Hay también un jardín oriental, el jardín de las rosas, con más de mil ejemplares. Por supuesto árboles y plantas autóctonas y un fantástico palmar. 

Una construcción curiosa es el Sydney Tropical Centre, una pirámide de cristal, que alberga las plantas más espectaculares. Yo no puedo entrar, se me hace tarde. 

Aparte de todo este despliegue paisajístico, estos Jardines Reales también son el hábitat de una extensa fauna. Sin dejar de lado a los anfibios, reptiles y aves, los bichejos más espectaculares (para mí) nativos de Australia, son los zorros voladores. Sí, sí, un murciélago de gran tamaño con casi 1Kg de peso, que ha elegido como lugar para vivir este hermoso lugar. Se alimentan de polen y néctar (así que no hay problema) y viven en grupo, colgandos, boca abajo, de las ramas de los árboles. Son los murciélagos más grandes del mundo. No tuve ocasión de encontrarme con ninguno. 

Un pájaro curioso, que vuela también por la ciudad de Sydney y en especial en el Botánico, es la cacatúa. Se las pueden ver posadas, en fila, en lo alto de los semáforos.

Este jardín abre todos los días y la entrada en gratuita. Sin duda una  visita que bien merece la pena. 

Siendo ya la hora de embarcar para ver las ballenas me dirijo al muelle. Es una salida de cuatro horas aprox. La ballena que vamos a intertar observar es la yubarta. Durante el periodo de invierno australiano, de junio a agosto, miles de ballenas yubartas, también llamadas jorobadas, migran hacia la Polinesia pasando frente a la costa de Sydney. Me dicen que a poca distancia de los acantilados se las ve nadar y saltar plácidamente. Viajan miles de kilómetros. Luego, desde septiembre a noviembre, en su regreso a las frías aguas del Antártico, se dejan ver otra vez las madres con sus crías recién nacidas en Moorea.

 

En el muelle convenido estoy a la hora acordada y me recoge la lancha, con el resto de los pasajeros ya a bordo. Aunque salimos solos, en alta mar nos juntamos con otros tres barcos que, como nosotros, están ansiosos de ver alguno de estos ejemplares. Nuestro patrón, al igual que los demás, sabe la ruta que llevan las ballenas y por dónde suelen pasar, asi que, en el lugar que cree propicio paramos los motores y esperamos, observando el horizonte, ver si “sopla” alguna ballena. En cuanto un barco divisa alguna, avisa por radio a los demás y, juntos, pero no demasiado, navegamos tras ella.

No hemos tenido mucha suerte y sólo avistamos un par de ejemplares lejanos. Aunque son nadadores lentos, estaban lejos de nosotros y al sumergirse, los hemos perdido. Cuando ya se estaba agotando el tiempo y era hora de regresar a puerto, se ha dejado ver una de ellas más cerca, al salir a respirar. Os cuelgo una foto que pude hacerle en ese momento.

El patrón dice que puedo desembarcar en Darling Harbour, de esa forma me da un paseíto por el puerto y hago fotos a la ciudad de Sydney, desde el mar.

Mi próxima postal será desde Auckland, Nueva Zelanda. 

PD: En el Jardín Botánico pude captar con mi cámara a estas dos chicas paseando, vestidas con un yukata, vestido tradicional japonés, hecho de algodón y que se usa en estaciones cálidas. Lo curioso del tema, es que eran occidentales.